Tormentas y huracanes

 

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Detalles Bibliográficos
Autores: Poveda, Germán, Amador Astúa, Jorge Alberto, Ambrizzi, Tercio, Bazo, Juan, Robelo González, Eduardo, Rubiera, José, Vicente Serrano, Sergio M.
Formato: capítulo de libro
Fecha de Publicación:2020
Descripción:El cambio climático está causando y con mucha probabilidad causará en el siglo xxi una intensificación de las tormentas intensas y los huracanes, con graves consecuencias sociales, ambientales y económicas en los países RIOCC. El aumento en las temperaturas del aire y del mar está contribuyendo a intensificar los huracanes de mayor categoría, y a una mayor frecuencia, potencia y duración de tormentas extremas, rayos y descargas eléctricas. Por otra parte, la subida del nivel del mar está contribuyendo a destruir infraestructura costera y manglares, y a salinizar los acuíferos costeros, aumentando las condiciones de exposición y la vulnerabilidad socioambiental a los huracanes, ya exacerbadas por la destrucción de arrecifes de coral debido a la acidificación del océano. La exposición y la vulnerabilidad ante tormentas y huracanes son mayoritariamente altas en la región iberoamericana. Esto se ve reflejado en la carencia de sistemas de alerta temprana robustos contra tormentas y huracanes, el crecimiento de la densidad de población, y el poblamiento y la urbanización desordenada de zonas costeras y de montaña, así como la deforestación. Otros factores que pueden contribuir al incremento de la vulnerabilidad son la marginalidad y la pobreza, la debilidad y descoordinación institucional, una precaria gestión del riesgo, la incultura preventiva y la mala preparación en tareas de rescate, el atraso científico y tecnológico en labores de monitoreo y pronóstico hidrometeorológico, la falta de capacidades humanas y tecnológicas, y la incultura de aseguramiento contra riesgos. Los huracanes y tormentas afectan considerablemente a las personas y los bienes y servicios de los que dependen. Los principales riesgos e impactos se refieren al aumento de pérdida de vidas (humanas, animales, bosques y biomas), refugiados climáticos, inundaciones, deslizamientos, avalanchas, destrucción de infraestructura, suspensión de servicios esenciales (agua potable, distribución de alimentos, comunicaciones, electricidad, gas, salud, educación, recolección y disposición de desechos y basuras), contaminación de cuerpos de agua superficiales y subterráneos, aumento de enfermedades (cólera, afecciones gastrointestinales transmitidas por vectores y roedores, accidentes ofídicos y por insectos), pérdida de cosechas agrícolas, hatos ganaderos y animales domésticos, destrucción del patrimonio cultural y malestar social. Otros riesgos se refieren a la pérdida de arrecifes de coral y manglares y destrucción de biodiversidad marina, y, por tanto, pérdida de protección costera, lo cual se retroalimenta con la vulnerabilidad socioambiental de las zonas costeras. Los impactos del cambio climático ante un aumento de 2,5 °C en América Latina y el Caribe podrían costar entre 1,5 % y 4,3 % del PIB, mientras que los costos de adaptación no superarían el 0,5 % del PIB regional. Esto pone en evidencia la necesidad de implementar los planes de adaptación, que deberán ser coordinados con los compromisos del Marco de Sendai sobre la Reducción de Riesgos de Desastres 2015-2030, y con el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. La revisión crítica de los planes y programas de adaptación ante tormentas y huracanes permite concluir que la región RIOCC exhibe grados muy disímiles de desarrollo e implementación. Algunos muestran progresos en cuanto a su formulación (aunque no necesariamente en su implementación), y muchos otros exhiben grandes carencias y retrasos considerables. Se presentan cuatro casos de estudio de programas y planes de adaptación: (1) el Atlas Nacional de Vulnerabilidad al Cambio Climático de México; (2) la implementación del Fondo Adaptación en Colombia como respuesta a los impactos del fenómeno de La Niña 2010-2011; (3) la creación del Centro Nacional de Monitoreo y Alertas de Desastres Naturales (CEMADEN) en Brasil como respuesta a los impactos de tormentas intensas de enero de 2011 en la región de Río de Janeiro, y (4) el sistema cubano de protección contra huracanes y ciclones tropicales. Las medidas de adaptación en huracanes comprenden acciones de diversos tipos, esto es, basadas en los ecosistemas (adaptación verde), de infraestructura (adaptación dura) y legales e informativas/formativas (adaptación blanda). Las principales medidas y líneas de acción de adaptación para huracanes incluyen: (i) preservar y restaurar ecosistemas costeros (humedales, dunas, manglares y arrecifes de coral) para disminuir el impacto de las marejadas; (ii) reacondicionar playas y mejorar infraestructura de protección costera; (iii) elevar construcciones y edificios vulnerables para reducir los daños por inundaciones; (iv) diseñar estructuras resistentes a los vientos fuertes y a escombros voladores; (v) promulgar políticas que desalienten el desarrollo en las zonas vulnerables; (vi) prepararse antes de la llegada de una tormenta cubriendo ventanas y limpiando las propiedades de posibles escombros voladores, y (vii) contar con un plan de evacuación. Las medidas de adaptación válidas para tormentas y huracanes prevén mejoras en la gestión del riesgo tanto preventivas como reactivas, con un apoyo decisivo a la monitorización y pronóstico. Estas medidas incluyen implementar sistemas completos y robustos de alerta tempran a y de gestión del riesgo, que incluyen: (i) zonificar las áreas expuestas y su grado de susceptibilidad y vulnerabilidad; (ii) tener programas, canales y estrategias de comunicación (anterior y posterior a los eventos) a través de medios masivos de comunicación, redes sociales y redes comunitarias de telefonía celular y de radioaficionados; (iii) apropiar socialmente los planes de evacuación y de atención a refugiados climáticos; (iv) actualizar las actividades de gestión del riesgo local y regional, y mantener simulacros de evacuación; (v) establecer programas permanentes de monitoreo hidrológico y atmosférico; (vi) desplegar redes de radares meteorológicos para el monitoreo continuo de tormentas y huracanes, y (vii) mantener un programa de pronóstico hidrometeorológico de crecidas de ríos, zonas de inundación y deslizamientos. La mejora de la capacitación y de la prevención por la vía de detener la deforestación y la valoración de sus servicios son otras medidas adaptativas importantes. En concreto, estas medidas incluyen: (1) financiar la formación y capacitación científica a nivel de posgrado en oceanografía, ciencias de la atmósfera, meteorología, climatología e hidrología; (2) detener la deforestación, así como desarrollar programas de reforestación y de restauración ecológica incluyendo bosques y otros biomas, manglares y arrecifes de coral, y (3) incrementar el acceso al pago por servicios ambientales como un instrumento económico para detener la deforestación y la degradación ambiental. La adaptación es altamente costoefectiva, y deberá enfrentar los retos de la variabilidad climática y del cambio climático. Por ello, los países RIOCC deben acelerar la investigación científica relevante, asignar los presupuestos adecuados, y llevar a cabo los arreglos institucionales necesarios para implementar las tareas de adaptación.
País:Kérwá
Institución:Universidad de Costa Rica
Repositorio:Kérwá
Lenguaje:Español
OAI Identifier:oai:kerwa.ucr.ac.cr:10669/85262
Acceso en línea:https://hdl.handle.net/10669/85262
Palabra clave:cambio climático
Climate change