Pintarse a sí mismo… Sobre el malestar de la historiografía en un libro
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Formato: | reseña de libro |
Fecha de Publicación: | 2017 |
Descripción: | Comentario del libro editado por los historiadores David Díaz, Iván Molina y Ronny Viales (2014), sobre el último balance historiográfico realizado en Costa Rica. Hace 20 años, el historiador costarricense Rodrigo Quesada (1997) publicó un obituario sobre el profesor argentino-alemán Germán Tjarks (1919-1997), cuya estancia en el país a partir de 1975 coincidió e incidió positivamente en el proceso de profesionalización de la historia en Costa Rica (Molina, 2012, pp. 39-99). El retrato que pintara Quesada de su profesor Tjarks fue muy humano; no se trata solamente del respetuoso homenaje de un historiador marxista a un historiador positivista y de derechas, sino también de un testimonio que sugiere que esa profesionalización iniciada hace cerca de cuatro décadas fue protagonizada por personas, y que fue todo menos un proceso ascendente, carente de conflicto. Para Tjarks, en el recuerdo de Quesada, este país era “una pila de mierda”, el “país del no se puede”, que solo obstáculos ponía a sus proyectos, por los cuales “lo terminaron odiando”, sentimiento que reaparece en un obituario donde la historia, en la era de su modernización, aparece con personas muy solas y “llenas de odio”. |
País: | Kérwá |
Institución: | Universidad de Costa Rica |
Repositorio: | Kérwá |
OAI Identifier: | oai:kerwa.ucr.ac.cr:10669/78054 |
Acceso en línea: | https://revistas.ucr.ac.cr/index.php/dialogos/article/view/28075 https://hdl.handle.net/10669/78054 |
Palabra clave: | Historia Costa Rica Siglo XXI Investigación histórica |