Clínica de anticoagulación: descripción epidemiológica y funcional de las unidades de anticoagulación operadas por especialistas en medicina interna según la literatura y protocolos internacionales
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Formato: | tesis |
Fecha de Publicación: | 2023 |
Descripción: | Desde la década de 1940, con el descubrimiento de los inhibidores de la vitamina K, se empezó el control y eficacia de la anticoagulación, ampliando el tratamiento ante eventos tromboembólicos e instaurando una prevención secundaria en la recurrencia de las consecuencias, en muchos casos fatales. Sin embargo, el inicio de la anticoagulación, tanto tratamiento como prevención, trae consigo otro tipo de comorbilidades potencialmente fatales, como las hemorragias desde leves a severas, con la restricción y el aumento de la morbilidad al tener una prescripción de estos medicamentos. Por lo cual, ante la presencia de efectos adversos, un control errático del tratamiento, se instauran centros y clínicas dedicadas a brindar un monitoreo de la eficacia y función de los anticoagulantes orales. Igualmente, se introducen nuevas opciones de tratamientos anticoagulantes tanto orales como parenterales; por ejemplo, las heparinas, que permitieron el control de la anticoagulación con una predicción de la farmacodinamia y farmacocinética más estable y, posterior a estas, los anticoagulantes directos orales inhibidores del factor X activado y de la trombina, que facilitaron aún más el seguimiento de los pacientes y la eficacia de la anticoagulación. Para llevar a cabo una buena anticoagulación, se debe conocer la fisiopatología y la relación entre los mecanismos fisiológicos de las células endoteliales como regulador bioquímico del inicio del proceso de la anticoagulación; primeramente, con la exposición del factor tisular, liberación de vasoconstrictores y dilatadores que, concomitantemente, interaccionan con los factores de la coagulación y ante una serie de activadores e inhibidores, se logra reclutar la red plaquetaria para formar un trombo con el fin común de evitar el sangrado. No obstante, estos mecanismos en ocasiones se sobreexpresan, ocasionando una desregulación en la formación del trombo y llevan, finalmente, a la formación de un trombo de forma patológica con alto riesgo de enfermedad tromboembólica. La anticoagulación a largo plazo está indicada en pacientes con tromboembolismo pulmonar, trombosis venosa profunda, fibrilación atrial no valvular, así como prevención posterior a recambio valvular protésico. Además, la efectividad de la warfarina es dependiente al maximizar el tiempo en rango terapéutico, el cual asocia menores tasas de sangrado y trombosis, con una relación de efectividad comprobada en centros del control de anticoagulación especializados. A partir de lo anterior, esta revisión tiene como objetivo brindar información y guía necesaria para llevar a cabo un control óptimo del paciente anticoagulado, así como mejorar las funciones y calidad de las clínicas de anticoagulación, dando pautas necesarias, obtenidas de la experiencia, estudios, reportes y guías internacionales llevadas a cabo por médicos especialistas. |
País: | Kérwá |
Institución: | Universidad de Costa Rica |
Repositorio: | Kérwá |
Lenguaje: | Español |
OAI Identifier: | oai:kerwa.ucr.ac.cr:10669/89306 |
Acceso en línea: | https://hdl.handle.net/10669/89306 |
Palabra clave: | Anticoagulación Medicina Interna Warfarina EPIDEMIOLOGÍA |